El estupor inicial, paulatinamente va cediendo y dando paso a una suerte de cóctel de bronca, temor, impotencia, angustia, desazón, etc.
Muchas de las personas que se ganan la vida junto a un medio tanque asando chorizos para que nosotros, sus clientes, degustemos mientras intercambiamos noticias del barrio, chismes y otras yerbas, son votantes del Partido Colorado. O al menos lo fueron.
A esta altura de los acontecimientos, es difícil establecer a ciencia cierta cuál podrá ser su sentimiento en ese sentido, luego que en ciertos casos algunos hubieran invertido sus dinerillos en este tipo de emprendimientos, contando con una prometida complacencia de parte de dirigentes del coloradismo local.
Que la actividad que ocupa a estos vecinos viola la normativa vigente, no deja lugar a ningún tipo de dudas.
Pero resulta al menos, molesto saber que dentro de muy pocos días los inspectores municipales saldrán a la caza de estos trabajadores por infringir una ordenanza, cuando al mismo tiempo se hace la vista gorda en tantas otras violaciones a normas jurídicas.
Cuando uno ve la vereda del comercio que vende autos y motos en el Bvrd. Presidente Viera y San Martín, que ocupando la totalidad de la acera no permite que ni siquiera un perro pueda cruzar por ella, se pregunta por qué estas autoridades de la Intendencia de Rivera se terminan ensañando con los asadores y sus medio tanques. No vaya a pensar usted, señor vecino, que es porque aún no han advertido que el propietario del comercio que vende automotores, viola la Ordenanza General de Tránsito. Sí lo saben y muy bien, pero prefieren ser complacientes, porque siempre es más fácil ser complaciente con quien tiene más posibilidades de defenderse. Recuerdo una oportunidad en la que solicité al cuerpo legislativo departamental, sugerir a la Intendencia la aplicación del art. 3º de la Ordenanza en cuestión, precisamente para ese comercio, pero los 16 votos colorados (sí vecino, leyó bien: TODO EL PARTIDO COLORADO), votó contrariamente. Parece mentira, pero fue así. El partido oficialista se negó a sugerir la aplicación de una ordenanza.
Hoy tenemos a decenas de familias que se encuentran angustiosamente en la incertidumbre de saber qué pasará con sus vidas de ahora en más, pues en algunos casos, son personas que desde hace 20 años o más, se dedican a esto y ya no tienen edad de insertarse en el mercado laboral.
La excusa inicial comienza a caer a medida que pasan los días. En una primera instancia se argumentó que se trataba de una cuestión de protección del consumidor, que tiene derecho a consumir alimentos debidamente manipulados.
Hoy en día ese extremo ya ha caído completamente. Se les está sugiriendo a los asadores, que cambien el sistema de fuego con leña por uno que utilice la electricidad o el supergas. O sea que ahora la preocupación ya pasó de ser la higiene, al humo molesto.
Tampoco se trata de la ocupación indebida de las aceras, pues como todos podemos observar paseando por las calles de nuestra ciudad, cada vez más hay abusos en ese sentido, principalmente por parte de comercios establecidos, en algunos casos, comercios muy grandes.
Se llegó a decir en algunos ámbitos, que el fondo de la cuestión era la molestia que tenían algunos propietarios de comercios gastronómicos debidamente establecidos, pues los informales les generaban pérdidas cuantiosas.
Para ese argumento, si es que realmente existió en algún momento, hay dos respuestas.
En primer lugar, las grandes parrillas “informales” de Presidente Viera, según se comenta, continuarán funcionando como hasta ahora, merced a que disponen de un sistema de elevación del humo. Es más, según he podido saber, hay quien está invirtiendo fuertemente para adoptar un sistema similar.
Pero en segundo término, no creo que puedan molestarse los comercios gastronómicos por el uso indebido de las veredas por parte de los asadores informales, cuando desde hace un buen tiempo, muchos de ellos hacen uso de manera gratuita del espacio reservado para la circulación vehicular, sin que la Intendencia se lo impida. De hecho, contrariando la opinión del Dr. Heber Díaz, asesor jurídico de la Intendencia, que en un informe manifiesta tajantemente que los decks instalados frente a los comercios gastronómicos atentan contra el derecho de circulación, la comuna autoriza (aunque por escrito no hay nada), su utilización.
Los intentos de reglamentar los decks hasta ahora han sido vanos, entre otras cosas, porque el texto que reglamentará el uso de espacios públicos, tropieza con los intereses de algunos importantes dirigentes del Partido Colorado, lo que hace suponer que habrá que seguir empujando para adelante muchas decisiones que hace ya un año se decían inminentes.
Para resumir y volviendo al tema que originara esta reflexión.
¿No sería mucho más práctico, inteligente, socialmente correcto, etc. reconocer que los asadores de medio tanques son ya parte de la idiosincrasia riverense, parte del paisaje de nuestras calles?
¿No sería más decoroso, al menos mientras no se tenga la valentía de actuar con rigurosidad contra otros, más agraciados, dejarlos seguir trabajando en paz, para que puedan continuar llevando el sustento a sus familias?
Honestamente deseo que en estos días que se aproximan, en los que muchos tienden a reflexionar respecto de las cosas inmateriales, se recapacite por parte de las autoridades departamentales y reconozcan que el remedio, en este caso, puede llegar a ser mucho peor que la enfermedad.-