TODITO EN EL MONTÓN A FIN DEL PERÍODO

              Reflexión respecto del ritmo con que se desarrollan las obras previstas para el actual período de gobierno en el departamento de Rivera.

MIRARSE EL PROPIO OMBLIGO

               

    

            Me desperté esta mañana con una sorpresa de esas que te hacen pensar si  lo que estás escuchando es un error, una broma, o de qué diablos se trata.  ¿Habré escuchado bien? me pregunté;  porque en ese momento de la mañana muy tempranito, cuando próximo a las 5 y pico o 6 enciendo la radio, no siempre uno tiene la capacidad de entender a cabalidad lo que escucha.  Pero fue tal la duda, que hice el esfuerzo para nada habitual de salir de la cama antes de mi hora habitual y encender la computadora para leer allí algunos titulares de la actividad política en los diferentes medios informativos.  ¿y no es que era real lo que había escuchado?  Pedrito Bordaberry REALMENTE estaba jactándose de la unidad de su grupo político.  Muy ufano se vanagloriaba de estar presente en un acto en el que coincidían dos candidatos a la diputación por algún departamento y pretendía compararlo con lo que se observa en otras tiendas partidarias.  ¿Es, o se hace?  ¿hacía falta que pretendiera comparar su grupo con otros? ¿Se acordará del bochorno vivido próximo a las fiestas tradicionales últimas en nuestra ciudad, o se “olvida” estratégicamente de lo que no le conviene?  Pienso en aquellos días y hasta en la víspera de aquella visita y supongo que el Paco Montejo todavía debe tener guardado en algún freezer, parte del asado que degustaría su agrupación con Pedro.  Digo bien; DEGUSTARÍA, porque el líder de Vamos Uruguay los dejó afeitados y literalmente sin visita.  Prefirió comer el asado en compañía de Guido Machado y su agrupación.  Previo, o posteriormente a ello (no lo recuerdo bien), visitó alguna localidad del interior del departamento, pero con Walter Riesgo y su lista 123.  Pero usted tendrá el derecho de preguntarse: ¿y no tuvieron alguna mínima instancia en común? Y… no, vecino, vecina.  Aquí en Rivera las cosas no son como al parecer son allá por donde el “heredero” hablaba.  Aquí va cada uno por su lado, mostrándose los dientes e intentando cada uno verse más opositor a la 2000 que el otro.  Pero evitando, todos y cada uno de ellos, reconocer que hizo  bien los mandados y puso gente en el gobierno departamental, porque en su momento le fueron a golpear la puerta a la 2000 para exigirle su cuota parte de poder en un gobierno que ayudaron a elegir.  Porque a no engañarse, amigo.  Recuerde que por más que pretendan mostrarse diferentes, todos ellos estarán contribuyendo con sus votos, para asegurar por cinco años más en el gobierno a la mafia que dicen combatir.   Porque sus votos se sumarán dentro del mismo lema y contribuirán grácilmente con la agrupación mayoritaria que por supuesto sigue siendo la 2000.  ¿o es que alguien en su sano juicio realmente puede creer que Tito Riesgo, Paco Montejo o Guido Machado pueden hacerle frente al engendro que ayudaron a consolidar? A no olvidar que la 123 no alcanzó siquiera un edil en las últimas departamentales.  Y que la 29 sumó, rascó hasta debajo de las piedras, creó el personaje de Morny y le alcanzó apenas para dos bancas, pero que la gestión paupérrima de Gustavo Guedes en la Intendencia se está encargando de ahuyentar.  Lo de la 815, bueno… para qué hablar!   Yo la verdad a esta altura ya no entiendo cómo hacemos los riverenses para lograr sostener tanta joda. Porque mire que hay agrupaciones coloradas saliendo hasta de las cloacas.  Y algunos de sus líderes pretenden verse tan honestos que hasta se dan el lujo de votar en contra del aumento del gasto de representación votado recientemente en la junta departamental.  ¡cuánta decencia!  Hasta darían ganas de creerles… si no fuera porque por ejemplo, la esposa de uno de ellos, que fuera electa edil, decidió renunciar a su banca antes mismo de asumir, a cambio de un empleo en la intendencia. Y que otro está siendo investigado por mal manejo financiero de la Junta Departamental.  Así es fácil hacer cálculos y decir que no se acepta un mísero aumento.  Total…lo que dejamos de obtener por acá, tal vez lo obtengamos con creces por allá. 

   Pero lo que me molesta más, no crea que es eso.  Lo que más me molesta es ver a personas que siguen jugando ese jueguito asqueroso de chuparle las medias a los poderosos esperando algo a cambio.  Ayer me dijo un vecino: mirá, el voto es secreto, pero en casa te vamos a votar aunque digamos que votamos a la 2000, porque si no lo decimos no conseguimos nada. Yo no le había preguntado nada al vecino. Surgió espontáneamente su comentario.  No podía haber dado con peor interlocutor. Porque por supuesto le increpé su actitud y le dije que no confiaba en su palabra.  Porque si dice mentirle a la 2000, ¿por qué creer que no me estaba mintiendo a mí?

   Es difícil; harto difícil cambiar la mentalidad de un pueblo acostumbrado desde siempre a esperar que un político le “de” algo a cambio de su voto.  Estamos cambiando, es verdad.  Pero como de costumbre, los cambios en Rivera son más lentos que en cualquier otra parte del país.  No es para menos. Si seguimos con la eterna situación de que por cada cuadra tengamos a dos o tres familias que le deben algún favor a algún jerarca gubernamental y que cree que por ello debe rendirle culto, voto y fidelidad a ese jerarca, difícil será cambiar sustancialmente.  Pero en realidad no deja de ser al menos curioso, ser gobernado por el partido minoritario y por el sector que corre el riesgo de obtener apenas un diputado en todo el país y tal vez ningún senador.  La verdad que si lo enmarcamos en el concierto nacional, estamos para la risa.

¿OTRA VEZ, SERGIO ABREU?

                                 

              Se confirma plenamente aquello que sospechábamos desde siempre; la interna nacionalista se dirimirá entre los dos candidatos mayoritarios, porque Saravia primero y Abreu ahora, han declinado competir por la candidatura presidencial. ¿Quién puede sentirse sorprendido? ¿Verdad que no sorprende?

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