Cierta mañana,
en la última semana del mes de marzo pasado, los riverenses despertábamos con
una noticia que nos preocupó sobremanera. Quien por aquel entonces era la
Secretaria General del Partido Colorado, la Diputada Martha Montaner,
alarmaba a la ciudadanía de nuestro departamento y posteriormente de todo el
país, al dar a conocer que había visitado las instalaciones del Hogar Infantil
Gabriel Anollés, dependiente del INAU, y que había observado una situación que
no dudó en catalogar como siendo de “abandono y dejadez”. Invitaba asimismo a los oyentes de los informativos de
la mañana, a visitar su cuenta de red social para de esa manera, observar las
fotos que ponía a disposición y que a su entender eran documentos probatorios
de su versión.
Conociendo como
conozco, la contracción al trabajo que tienen muchos funcionarios del organismo
cuestionado, no dudé en comunicarme con la Directora Departamental del
INAU, Sra. Miriam Martínez, a los efectos de solicitarle la correspondiente
autorización para visitar el lugar y observar con mis propios ojos aquello que
se denunciaba. De manera inmediata, la
Directora fue aún más allá, abriendo las puertas de la institución a todos
aquellos que tuvimos la misma intención.
Fue así como al día siguiente, un suplente de Diputado,
un equipo periodístico de Tevediez, un representante de Radio
Internacional y yo, fuimos recibidos en el Gabriel Anollés, por todo el equipo del
hogar. Con satisfacción pudimos observar
que aquello que se catalogaba tan drásticamente distaba bastante de la
realidad. No sólo eso, sino que pudimos
observar un techo hecho a nuevo, instalaciones eléctricas recientemente
terminadas y nos fue informado que estaba en curso la tramitación de un
convenio suscrito entre el organismo y el Ministerio de Transporte y Obras
Públicas, por el cual se concretarían, a partir del mes de abril, importantes
obras edilicias.
Hoy, habiendo
dejado pasar algunos meses, solicité nuevamente ser recibido por la institución
y una vez más me respondieron con prontitud y deferencia.
Apenas al
llegar al lugar, se puede observar la recientemente culminada obra de
saneamiento que solucionó el tema de los malos olores, que según dicen los
funcionarios, durante mucho tiempo debieron soportar.
La Directora
Martínez y el encargado del hogar, Sr. Eduardo López, me comentaban que sienten
que es mucho lo que se viene haciendo en pos de la minoridad. A modo de ejemplo, refieren que aproximadamente
veinte años atrás, ese mismo hogar llegó a tener 73 niños internados, mientras
que en la actualidad son 27. De igual
manera comentan respecto de la disponibilidad de recursos, que hace con que
los niños no sufran la carencia de absolutamente nada en materia de
alimentación, vestimenta y recreación. Precisamente,
minutos antes de mi llegada al lugar, varios niños habían regresado de asistir
a una función de cine en una escuela vecina.
Fue realmente
satisfactorio ver el avance de las obras en los gabinetes higiénicos, que están
prácticamente terminados, con artefactos sanitarios propicios para niños de
corta edad, con un compartimiento externo donde se instalan los calefones para
evitar posibles riesgos dentro de los gabinetes.
Dos despensas
repletas de alimentos, material de limpieza, enseres varios, etc. son la
confirmación de que efectivamente, tal como me lo dijeran, allí nada
falta. Y si a ello agregamos el estado
de pulcritud de la cocina, a la que arribamos precisamente en momentos en que
comenzaba a prepararse la merienda, nada más fue necesario para corroborar que
la cosa marcha de manera más que aceptable.
Las obras de
infraestructura, una vez concluidos los gabinetes higiénicos, continuarán con
el patio, donde se solucionará definitivamente el problema de alagamiento en
días de lluvia. Y por último, cuando
todo lo demás esté concluido, se procederá a la pintura total del
edificio. Los tiempos no son los que a
piori se estimaron. Nunca lo son, cuando
de organismos del Estado se trata. Aún así,
siento que es importante el cambio observado desde marzo hasta ahora; pero lo
que más me interesaba y que una vez más tuve la satisfacción de observar, es
que los niños se encuentran en excelente estado, contenidos y felices.
Infelizmente,
la camioneta que tanto diera que hablar, aún está allí, pues no ha sido posible
retirarla. Su condición no permite ser
trasladada apenas con un guinche. Para su traslado sería necesario levantarla con una grúa para luego de ello, colocarla sobre una chata, cosa que hasta el momento no ha sido posible. Sin embargo,
tomando la idea que me fuera transmitida por una querida amiga, me permití sugerir
al equipo de dirección, la adecuación de la misma para transformarla en un
ambiente propicio para recreación infantil.
Para ello sería necesario retirarle todo aquello que pudiera considerarse
peligroso. En ese sentido, en las próximas horas estaré haciendo
algunos contactos para intentar sensibilizar a alguna empresa o institución,
que pueda colaborar haciendo ese trabajo.
Antes de retirarme
de allí, no pude obviar la pregunta que desde hace tiempo me hago: ¿Es común
que se solicite conocer in situ la realidad observada allí? Infelizmente la respuesta fue negativa, por
lo que también debo decir, no con poco dolor, que considero deplorables las actitudes de algunos actores políticos y sociales que prefieren dar crédito a mensajes de texto anónimos, antes que tomarse la "molestia" de visitar el lugar y disfrutar de la sonrisa de tantos niños ávidos de brindar amor y simpatía.
Para finalizar,
considero necesario expresar algo que no es un dato menor. Líneas atrás, hacía referencia a las fotos que
exhibía la Dra. Montaner en su cuenta de red social. Pude comprobar, en
aquel mismo mes de marzo, que varias de ellas no correspondían al hogar Gabriel
Anollés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario