En las
últimas semanas, lejos de lo que sería lógico suponer, se produce
una andanada de cuestionamientos a la gestión del actual gobierno y
a las decisiones que comienza a tomar el próximo equipo que recibirá
las riendas a partir del 1° de marzo. En algunos casos puede
considerarse entendible, pues se trata de decisiones y hechos que de
una u otra forma afectan a la totalidad de la ciudanía. Aún no
coincidiendo con algunas de esas expresiones e incluso habiendo
llegado a rebatir alguna de ellas por considerarla miope, o peor aún,
“tuerta”, pienso que son comprensibles pues pueden estar
cubiertas por esa suerte de manto de duda entre lo real y lo
interpretable.
Sin embargo,
algunas otras comienzan a fastidiar por lo reiteradamente absurdas
desde todo punto de vista; máxime cuando provienen de personas que,
me consta, poseen un agudo sentido crítico y capacidad de análisis.
Entonces... bien cabría preguntarse el porqué de esa insitencia en
caer en críticas tan vanas, como incompatibles.
Algunos
días atrás leía en estos espacios cibernéticos, duros
cuestionamientos a los números que del turismo en los primeros días
del año mostraba la Ministra del área, Liliam Kechichián. Se
podría decir que hasta era posible advertir una suerte de molestia y
frustración por parte del autor de esos dichos, al saberse que lejos
de los negros vaticinios que desde varias semanas antes sobrevolaban
nuestra zona más reconocidamente turística, como lo es el este del
país, se apreciaban más visitantes que años anteriores, solamente
quedando atrás en números, al histórico año 2011, que tuvo cifras
poco posibles de ser repetidas. Se llegó a decir en esta red social,
que la Ministra mentía y que la realidad era que la temporada
turística era un fracaso. ¡Qué poca capacidad de observación!
Basta con estar y haber estado años anteriores dos o tres días en
algún sitio de la costa esteña, como para darse cuenta que a
Kechichián le asiste la razón; felizmente le asiste la razón. Y
lejos de la opinión del autor de los comentarios infundados, los
balnearios fernandinos y rochenses explotan de turistas. ¿La
excepción? Al parecer sería Punta del Este; ¿difícil de entender?
Para nada; más bien se podría decir que es como el título de la
obra prima de García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”.
Pero no sería justo reconocer que incluso para evitar ese éxodo, el
Gobierno Nacional ha hecho los esfuerzos necesarios, aunque es verdad
que lamentablemente esos esfuerzos han sido infructuosos, ante la
terquedad, necedad y afán de lucro desmedido y fácil de algunos
empresarios puntaesteños, que insisten en esquilmar a los
visitantes, sin advertir que poco a poco están matando a la gallina
de los huevos de oro.
Pero
volviendo a las críticas y cuestionamientos. Esta mañana desperté
viendo un comentario de esos que se puede asemejar a aquella vieja
máxima popular que dice “de todo, como en botica”. Se comenzaba
lamentando la escasa concurrencia de público al partido de la
selección brasileña sub 20 en su debut en el sudamericano de fútbol
de esa categoría, a la vez que se decía que si se hubiera
organizado el evento en Rivera, la concurrencia hubiera sido superior
a las 20.000 personas. Parece a priori, una conjetura muy difícil de
probar; hasta me atrevería a decir que se podría comprobar lo
contrario. No hay que olvidar que en nuestra ciudad, en ocasión de
la organización de la Copa América de selecciones de fútbol del
año 1995, la sede donde jugó Brasil fue precisamente Rivera.
¿Recuerdan ustedes la concurrencia a aquellos partidos ante Ecuador,
Perú y Colombia? Basta con recordar que en aquella ocasión, el
seleccionado norteño era el recientemente ganador de la última copa
del mundo, en Estados Unidos 94' y que mismo permitiendo que con una
entrada ingresaran dos personas, la concurrencia siempre fue
paupérrima. Hace algunos años, cuando se estrenó la notable
película uruguaya “El baño del Papa”, no fuimos pocos los que
recordábamos y comparábamos la experiencia vivida en Rivera con la
copa América y lo vivido por los melenses en ocasión de la visita
de Juan Pablo II a su ciudad. No hace tantos años, como para que un
riverense adulto y bien informado, no conociera ese antecedente.
Pero si los precedentes no fueran suficientes, habría que
preguntarse si la comuna riverense demostró en algún momento,
interés por ofrecer el Atilio Paiva como sede del certamen
continental sub 20 de este año. Confieso que desconozco tal
ofrecimiento, aunque por supuesto dejo abierta la posibilidad de que
ello sí hubiera ocurrido. En lo que sí creo que difícilmente se
pueda estar de acuerdo, es en que luego de esa especie de catarsis,
el autor de los comentarios haya saltado, tal como dice otro refrán,
de papas para cebollas, a insistir con su retorcida visión de los ajustes en las tarifas
públicas.
Como lo
dije días atrás, la campaña electoral rumbo a las departamentales
de mayo, hace rato comenzó. Y tal como queda día a día
evidenciado, hay quienes están demasiado nerviosos al ver que la
teta que maman desde hace años, parece secarse muy rápidamente.
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