CHANCHULLOS DEL LIBERALISMO, QUE LE DICEN.

     En una rápida visita a la República Argentina, conocimos la historia del titular de un servicio telefónico de la empresa TELECOM, quien hace más de un año y medio espera el traslado del mismo a su nuevo domicilio, ubicado en pleno centro de una importante ciudad santafesina.  Queremos compartir con vos la historia de este ciudadano estafado por el verso de las bondades que supondría el fin de las empresas estatales.

UNA CUERDA DEMASIADO TENSADA

        Qué difícil resulta posicionarse en estos momentos, respecto de las reivindicaciones y acciones que emprenden los gremios docentes. Porque no se puede desconocer la justicia de la reivindicación salarial. Eso sí, cabe aclarar que la reivindicación es eso: SALARIAL. No considero serias, las expresiones de gremialistas que cuando cuestionados por la ciudadanía o los padres de estudiantes, suelen argumentar con falacias. Hace pocos días pudimos escuchar a alguien que ocupaba el predio de UTU de Rivera, fundamentar su acción, poniendo como argumento el estado de los gabinetes higiénicos de los liceos. Cuando por todas partes hemos podido escuchar a los gremios referirse exclusivamente a remuneraciones, las expresiones de aquel docente, son como mínimo, una justificativa ajena al actual contexto. Sin embargo, volviendo a la incuestionable justicia del reclamo, no se puede desconocer que acá no se ha incumplido en lo más mínimo la palabra empeñada por parte del gobierno. No estamos ante una actitud de menosprecio a lo acordado ni a la función docente. Es una cuestión de prioridades y de previsión presupuestal. Ahora, si bien es cierto como decía más arriba, la reivindicación, el paro y hasta las ocupaciones, son justas y amparadas por la legalidad, no se puede decir lo mismo de la propuesta de pretender reducir los salarios de legisladores y ministros.
       La propuesta de los gremios, que cada vez se encuentran más huérfanos de respaldo popular, supone una medida totalmente ilegal;  porque nos guste o no, los derechos adquiridos no pueden perderse o ser desconocidos. Está expresamente establecido en el derecho laboral. Tal vez el día que el corporativismo no cobije a los malos docentes, a los irresponsables que con sus ya más que demostradas malas actitudes generan en los estudiantes una profunda sensación de desconcierto, a la vez que siembran el mal ejemplo, la ciudadanía le devuelva a la profesión docente el prestigio que supo tener y sus reclamos puedan tener un mayor respaldo por parte de la gente.