Este período de receso que en materia de sesiones ordinarias culmina hoy, me ha deparado algunas sorpresas que para nada puedo considerar agradables y mucho menos casuales. Pareciera que en los últimos días del pasado 2011 y los primeros del 2012 , era imprescindible para el Ejecutivo Departamental abocarse a tomar medidas impopulares.
Dentro de tales medidas puedo destacar el desalojo del Paseo 33 Orientales y el aumento del precio del boleto en el transporte rural que en algunos casos llegó a un 25 % de incremento.
Yendo a la primera de ellas, debo decir ante todo, que soy un férreo defensor de la idea de que la cosa así como estaba, no podía continuar. Es bueno aclararlo para no confundir lo que diré de ahora en más, con interpretaciones erróneas o tendenciosas que puedan sobrevenir. Recordemos que se conminó a los vendedores que allí estaban instalados, a retirarse del lugar el día 8 de enero pues inmediatamente comenzarían las obras de remodelación del espacio. Tal como estaba previsto y sin ningún tipo de inconvenientes, los comerciantes retiraron sus pertenencias y pocas horas después, estaban ya instalados en el lugar acordado en el Parque Internacional. Sin embargo, cumpliéndose hoy ya un mes de haber quedado libre, en el lugar apenas se puede observar un tímido movimiento de terreno.
Debido a ello, considero que caben al menos dos interrogantes: en primer lugar ¿Por qué era tan necesario que los vendedores abandonaran el lugar hace ya un mes y que no se les aceptara prácticamente ninguna de las solicitudes que correcta, respetuosa y fundadamente efectuaran? Y en segundo término ¿Cual puede ser el motivo para la lentitud con que se están efectuando las obras?
Dándole vueltas al asunto, pienso que la respuesta a la primera interrogante debe ser que era imprescindible aprovechar el momento en que esta casa se encontraba en receso y en términos generales la población se encontraba abocada a la organización de sus vacaciones familiares.
Para la segunda interrogante la respuesta es tan o más sencilla y evidente: no hay plata para hacer la obra. Tan claro como el agua. Porque la Intendencia Departamental que tan graciosamente utiliza los recursos de los impuestos pagando propaganda proselitista durante todo el período, olvida mencionar que para poder construir la obra del Paseo 33 Orientales, depende de los recursos que le aporte el Fondo de Desarrollo del Interior, gestionado por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, a su vez dependiente directamente de la Presidencia de la República.
Hace algunas semanas un jerarca departamental manifestaba que eso ya estaba laudado pues el proyecto ya había sido presentado ante la OPP.
Son tan hábiles en el manejo de las palabras…
Tiene razón el jerarca. El proyecto fue presentado el día 24 de noviembre del pasado año, pero lo que no dice el jerarca es que el mismo, aún se encuentra en estudio y que por consiguiente mientras no sea aprobado no vendrá un peso. Igualmente, señor presidente, estimados colegas: no hay motivo de alarma, puesto que con seguridad el proyecto prosperará y finalmente el Gobierno Nacional aportará los recursos para esa obra. Así como aporta para la remodelación del autódromo, las pluviales que comienzan en barrio Saavedra y culminan en barrio Juan Antonio Lavalleja, la pavimentación con carpeta asfáltica o con hormigón de toda la ciudad, la urbanización de la ciudad de Tranqueras, la ciclovía y el futuro puente sobre ella, etc. Todas ellas, obras financiadas por el Fondo de Desarrollo del Interior sin que siquiera sea este extremo mencionado en la propaganda o la cartelería, violando incluso de esta manera la normativa que rige en la materia.
El segundo tema sobre el que hacía referencia al comienzo de mi alocución, refiere al transporte en nuestra ciudad.
He sabido que recientemente un comunicador manifestaba en el medio en el que trabaja, que esta casa es responsable por el mal servicio de transporte que tiene el departamento, pues es nuestra función, controlar que los servicios públicos sean brindados como corresponde. Con dolor debo decir que al comunicador le asiste la razón. Y me avergüenza como curul, dar la cara ante cada ciudadano que me consulta al respecto y tener que decir que efectivamente esta casa ha sido omisa. Porque a pesar de que en forma personal tengo la conciencia tranquila, pues para nadie es desconocido que si alguien aquí ha levantado la voz permanentemente denunciando irregularidades en el sistema de transporte de pasajeros ha sido precisamente este servidor, también es cierto que no he sido feliz a la hora de sensibilizar a los compañeros del partido gobernante. Es así por ejemplo, que recuerdo que luego de una asamblea barrial a la que asistieron 93 vecinos que expresaron vehementemente a las autoridades departamentales toda su frustración, esta casa no fue capaz siquiera de sugerir al ejecutivo una solución paliativa hasta tanto se tramitara el famoso llamado a licitación de las líneas. Los 16 votos colorados lo impidieron.
De eso hace ya 8 meses y tal como dije en aquella oportunidad, continúo haciendo responsable del mal servicio, entre otros, al sector mayoritario de esta corporación. Mientras tanto, luego de estos largos 8 meses, en la intendencia aún no se tiene la más mínima idea de cuándo se hará el llamado a licitación. Ni tampoco se tiene idea de qué hacer con el proyecto que presentara el equipo del Ing. Facello, pues hay quienes sostienen que el mismo es demasiado ambicioso. Talvez la ciudadanía deba pagar por segunda vez, los trabajos del Ing. Contratado para finalmente no aplicar sus sugerencias. ¡Pobre doña Julia, de Santa Isabel, pobre Neuza, de Pueblo Nuevo, pobre Ana, de la Virgencita, pobre toda la ciudadanía que necesita viajar en ómnibus y que aún hoy continúa esperando que esta administración insensible con los de a pié pero sumamente condescendiente con los intereses de los empresarios transportistas, se decida a atender sus problemas.
Para culminar, señor presidente, pido que se transmita a los propietarios de las empresas que cumplen los servicios de las líneas Escuela 88 y Cárcel, por dedicarse a trabajar dignamente, invirtiendo sin lloriqueos o presiones, a fines de mejorar sus empresas y brindar un buen servicio a sus usuarios. Bueno sería que otros empresarios, con muchos años en el medio, talvez demasiados, tomaran el ejemplo de la familia Perrone.
