domingo, 2 de diciembre de 2018

VISITAMOS EL TÚNEL FERROVIARIO DE PASO DEL CERRO


     


          El Ministerio de Transporte y Obras Públicas del Uruguay anunció que este mes de diciembre de 2018, se reinstalará el servicio de transporte de pasajeros por tren entre Rivera y Paso de los Toros. 
Luego de algunas décadas sin que las locomotoras transportaran personas, sumiendo a varios centros poblados en el ostracismo, la noticia llenó de júbilo a moradores de esas localidades.
Aprovechando la buena nueva, El Biombo de la Abuela se dispuso a visitar el único túnel ferroviario existente en nuestro país, que está ubicado justamente en este tramo de vía.
Más precisamente en el km. 466 de la vía férrea que une Montevideo con Rivera, entre las estaciones Bañado de Rocha y Paso del Cerro, está ubicado este que bien merecería ser considerado un monumento histórico.
Para acceder al lugar, se debe arribar por ruta nacional Nº 5 hasta la entrada de tierra que deriva a la estación Laureles, aproximadamente en el Km. 407 de esa ruta.  Luego de tres quilómetros de un camino en no muy buenas condiciones, pero transitable sin mayores dificultades, el camino se bifurca. Se debe tomar el camino de la derecha y a aproximadamente 800 metros se cruza la vía férrea.  Allí es conveniente dejar al costado del camino el vehículo en el que se haya arribado al lugar, y caminar unos 600 metros hacia el norte por la vía.  Luego de dos curvas, se divisa una de las bocas del túnel.
El interior del mismo se encuentra en muy buenas condiciones de limpieza, cosa que llama la atención, sobre todo si tenemos en cuenta la inactividad que tiene esa vía. La extensión del túnel es de no más de 200 metros, cuyo trayecto es en curva, por lo que en algún momento, la oscuridad es apreciable, aunque en ningún momento es absoluta.  Cuando aún se tiene la luz de uno de los lados, ya se comienza a observar la claridad entrante por el otro extremo.
Cada tanto, se percibe el vuelo de algún que otro murciélago, cosa más que obvia en un lugar donde predomina la humedad y la oscuridad. 
También es de destacar los escaparates que a cada tantos metros se adentran en las paredes laterales, para permitir a los funcionarios ferroviarios y a los ocasionales visitantes, refugiarse mientras pasa algún convoy.
Al regreso nos encontramos con dos señoras tacuaremboenses, que no disimulaban su amor por el lugar y el beneplácito por la noticia del inminente restablecimiento del servicio de pasajeros.
En definitiva, un paseo recomendable para quienes deseen conocer un lugar al que habitualmente no se accede, por no encontrarse junto a una ruta nacional.  Vale la pena visitarlo.