La Raca es un barrio que para mí representa mucho. Tal vez por haber transcurrido parte de mi adolescencia en Covinterna (complejo habitacional ubicado a la entrada del barrio). Tal vez por que allí vive la persona a quien le debo demasiado pues desde hace años se dedica a cuidar de mis padres. Aún cuando ya no tengo a la vieja conmigo, Yeni es una hija más para el viejo Marengo, mi padre. Ciertamente esos dos factores hacen con que le tenga un aprecio especial a La Raca. Siendo así, siempre es una satisfacción muy grande encontrarme con vecinos allí. Hoy no fue la excepción. Abusando de la generosidad de mi querida Yeni, me reuní con algunos vecinos de esa zona, siguiendo con esta práctica que comencé hace algunas semanas y que pretendo sea de aquí en más, cada vez más frecuente.
Y siempre es enriquecedor escuchar a los vecinos de cualquier barrio opinando, planteando propuestas, criticando al Ejecutivo Departamental, criticando a la Junta Departamental, etc.
En esta oportunidad, supe por ejemplo que una persona sobre quien he escrito algunas líneas en este mismo blog, ha perdido varias sesiones de fisioterapia, porque el expreso especial que debiera pasar a buscarla para asistir al hospital a las 16 hs. llega a buscarla a las 17. Tirón de orejas para el equipo liderado por el maestro Jorge Rodríguez, entonces. Este ómnibus, que como también he escrito suele pasear por las calles de Rivera absolutamente vacío, a excepción de su conductor, no colma ni por asomo las necesidades de las personas portadoras de discapacidad.
También escuché que políticos de todos los partidos, tal como suelen hacerlo, visitaron la zona poco antes de las elecciones prometiendo la canalización del arroyo Cuñapirú. Llegaron a decirles a los vecinos, que ganara quien ganara, la obra se haría. Pues bien. Ya llevamos más de un año y medio de gestión y de la canalización ni se habla. En una de esas, la razón sea la expresada por una de las vecinas, que contaba que 4 años atrás, el Director de Obras de la comuna, Arq. Mazzoni, habría dicho que mientras él fuera director de obras, “La Racca no se arregla”. El argumento, que es zona inundable y que los vecinos deben salir de allí. O sea que del cordón cuneta imprescindible para la mejore en la calidad de las arterias de la zona mejor ni hablar. Cabe la pregunta: ¿Seguiría siendo inundable el barrio si el arroyo se canalizara correctamente? No siendo técnico, me atrevería a asegurar que no. ¿Pero qué pueden hacer los vecinos contra la omnipotencia de un gobierno sordo, sin respuestas y para colmo de males, prepotente?
En otro orden de cosas, me dijeron que no entienden qué pasa con el servicio de barométrica municipal. Hace un tiempo el servicio se brindaba aproximadamente cada 15 días. Sin embargo ahora pasa con suerte una vez al mes.
A propósito de barométrica, a vos que estás leyendo estas líneas, te cuento que ya van dos pedidos de informes que hago solicitando a la Intendencia, me aporte algunos datos que necesito para compararlos con otros que tengo en mi poder. De esa manera, podría dilucidar si los que me ha aportado algún vecino son correctos o si por el contrario, la intendencia está en lo cierto. Pero hasta el momento, desde diciembre del 2010 continúo esperando sin recibir respuesta alguna. Lo he dicho una y mil veces. Mientras esta situación continúe, seguiré advirtiendo que tengo todo el derecho de sospechar que algo turbio se intenta ocultar.
Para terminar, quiero agradecer a los vecinos que participaron de esta linda reunión. No solo su presencia, sino fundamentalmente sus aportes, que en definitiva servirán de mucho en la tarea de contralor que quienes ocupamos un lugar en la Junta Departamental debemos cumplir.
