jueves, 9 de enero de 2014

¡TOMÁTELAS, YANKEE!


      

     ¿Qué nos está pasando a los uruguayos, que de patriotismo y amor propio nos va quedando tan poco? Confieso que me ha producido sorpresa al principio, bronca después y finalmente vergüenza de mi condición de oriundo de esta tierra, en la que nos damos el lujo de leer en todo cuanto es medio gráfico y escuchar en toda cuanto sea emisora de radio, de forma pasiva y sin rebelarnos, las opiniones de un tipo que vive aquí desde hace seis meses y que se da el lujo de enrostrarnos todo cuanto es tipo de supuestos “defectos” que tiene nuestro país. Al parecer, con excepción de la carne y el vino, todo es basura, mediocridad y mal clima, en Uruguay. Dice sorprenderse al ver que la burocracia es tanta, que cuesta demasiado colocar una línea telefónica o hacer el documento de identidad. Comenta con duros términos la necesidad que tienen los padres, de gastar importantes sumas de dinero para enviar a sus hijos a escuelas privadas, por no confiar en la educación pública y hasta protesta por trámites migratorios supuestamente engorrosos. El periodista, que trabaja para un casi desconocido sitio online, contradice las expresiones de prestigiosos medios compatriotas suyos, que manifiestan todo lo contrario de nuestro país. Pero lo que haga para su país, es cosa suya y de sus compatriotas. Lo que me molesta es que en mi país, los medios le den tanta trascendencia a las expresiones de un tipo al que nadie conoce y que representa a un medio del que nadie tenía conocimiento de su existencia hasta ayer.
Por si fuera poco, creyendo que con esto se golpea al gobierno y no percibiendo que en realidad se golpea al país, no somos capaces de advertir varias incoherencias de parte de este tipo. ¿Largos procesos burocráticos para obtener una línea telefónica o la identificación civil? ¿Quién le dio letra a este buen señor, que se remite a situaciones que desde hace años se han subsanado? ¿Trámites migratorios engorrosos en Uruguay? ¿Cómo cree que se sienten los uruguayos que visitan su país, al que si se desea entrar se debe demostrar que va uno con mucho dinero (no vaya a ser que vaya a mendigar), que no es terrorista ni nunca lo fue, que no tiene pinta de árabe, etc.? ¿Educación cara? ¿Acaso cree que no vemos hasta en el mismo cine norteamericano, la “calidad” de la educación pública en su país y los costos de una escuela privada? Menos mal que no habló de la salud, porque sería demasiado temerario hacerlo, al provenir de un país que anda entre los peores y más caros en materia de asistencia en salud para sus ciudadanos.
Cuando leo cosas como las que escribió este tipo, me dan ganas de volver a decir “yankees, go home”.

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