viernes, 23 de enero de 2015

NAUFRAGIOS EN COSTAS DE ROCHA (El Arinos)


“Rocha, no tan sólo eres palmar
se puede en tu seno no nacer.
¿Qué es lo que en tí escondes?
¿Qué poder hace que a tí
quiera retornar?”

Tramo del poema “En tu imagen”
de Lúcio Muñiz



        No es común que dedique este blog a temas fuera de lo político o social.  sin embargo, la fascinación que despierta en mí la costa rochense, ha hecho con que, aunque muy someramente, le dedique algunas líneas a este que es uno de mis lugares preferidos para descansar con tranquilidad y pleno disfrute de la naturaleza.  
   Uno de los muchísimos encantos que tiene el departamento de Rocha es la cantidad importantísima de leyendas y datos históricos que nos deparan los muchos naufragios que en sus costas han acaecido desde el siglo XVI y hasta pocos años atrás.
El primero de esos trágicos sucesos que se conoce en las costas rochenses, corresponde al año 1516, cuando la embarcación de Francisco Torres, integrante de la escuadra de Juan Díaz de Solís, naufragó en estas aguas. A partir de allí, decenas de embarcaciones han sucumbido a lo largo de estos casi 500 años, debido a lo peligroso y traicionero que puede ser el Atlántico por estas latitudes.
Las inmediaciones del Cabo Polonio, el Arroyo Valizas y el actual poblado y balneario Aguas Dulces, cuentan la mayoría de los naufragios, algunos de ellos célebres por las leyendas creadas a partir de sus tragedias.
Uno de ellos es el del buque portugués “Arinos”, que tuvo trágico final frente a Aguas Dulces en el año 1875, cuando fue presa de una impresionante tormenta en circunstancias en que se dirigía con un cargamento de monedas de oro rumbo a Mato Grosso, en Brasil, donde debía hacer efectivo el pago de los costos que demanaba por aquellos tiempos, mantener una guarnición militar allí.
Desde entonces, el agua salada y la arena han ido paulatinamente carcomiendo los restos de este buque que era movido por paletas semejantes a las que mueven las embarcaciones en el Río Mississipi. Hace algunos años, cuando conocí el lugar, aún era posible divisar gran parte de lo que resta del Arinos, pero con el pasar del tiempo, el agua ha ganado cada vez más terreno y hoy apenas se puede divisar una pequeña parte del mismo, siendo necesario para ello, que se encuentre baja la marea.
Este es apenas uno más de los tantos motivos para visitar y conocer este hermoso departamento esteño.

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