martes, 1 de diciembre de 2015

35 AÑOS DEL HISTÓRICO PLEBISCITO

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         Por estas horas se cumplen 35 años de aquella gesta histórica en la que el pueblo uruguayo supo enfrentarse y asestarle una bofetada ejemplarizante a la dictadura cívico militar que desde 1973 y hasta 1985 usurpó el poder en nuestro país.  Contra toda la propaganda oficial, que llenaba espacios radiales, escritos y televisivos, la resistencia supo hacer uso de la inteligencia e inventiva que aquellos oscuros personajes no supieron tener.  Aun cuando en aquella época era yo muy joven, recuerdo la propaganda oficial, llena de niños con impecables guardapolvos blancos y la consigna “ponele el hombro al Uruguay”, repetida hasta el hartazgo en la única señal televisiva uruguaya que en Rivera teníamos a disposición. No recuerdo haber visto ni una sola propaganda por el NO, a pesar de que no estaba formalmente prohibida.  La ciudadanía no era tonta; sabía a lo que se exponía en aquella terrible y tristemente recordada época de nuestro país y la región.  
Para hacer frente a toda aquella parafernalia mediática ante la cual casi no había oposición visible, el pueblo se las ingeniaba para pasar el mensaje de boca en boca, a través de volantes, canciones y mensajes subliminales como por ejemplo encender el limpiaparabrisas de los vehículos en días soleados, apenas para simbolizar un rotundo “no”.
No era nueva la utilización de tales mensajes; desde los comienzos mismos de la dictadura hubo que inventar estrategias para burlar la dura censura y evitar al máximo los riesgos que ello conllevaba.  Ya en 1973, Ruben Castillo, conduciendo un programa en Radio Sarandí, para no leer la convocatoria a una marcha de repudio a la dictadura, leía una y otra vez el poema de García Lorca “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía”, en el que se repetía constantemente la frase “a las cinco de la tarde”.  La corta inteligencia de los usurpadores jamás lo entendió, pero la ciudadanía asimiló perfectamente el mensaje y estuvo presente en el acto anti gubernamental.
Finalmente, aquel 30 de noviembre de 1980, el 57% de los sufragios se opuso a la reforma propuesta por los usurpadores, que pretendían perpetuarse en el poder, mientras que un 43% aceptaba la propuesta.  Fueron ocho, de los diecinueve departamentos, donde la dictadura logró que su propuesta triunfara: Treinta y Tres, Rocha, Lavalleja, Soriano, Flores, Tacuarembó, Artigas e infelizmente, también Rivera fue uno de ellos.  Y hoy, pasados tantos años, cabe preguntarse dónde están los dirigentes aquellos que permitieron tan vergonzantes números.  Se sabe que muchos ya no están entre nosotros.  Sin embargo, ciertamente muchos de los que hoy se dicen demócratas fueron cómplices de los usurpadores. 
Pareciera que a todos ellos les ha dado un súbito ataque de moralidad y de toma de consciencia, que les ha hecho borrar con el codo lo que escribieron con la mano.  Con la misma mano que les hizo ensobrar el SI en la época. 

Consejeros de estado de aquellos tiempos, que no eran otra cosa que monigotes de la dictadura, que hacían las veces de falso órgano legislativo, nos dejaron como legado a algunos descendientes, a los que infelizmente debemos soportar hasta nuestros tiempos, diciéndose paladines de la democracia.  Cosas que pasan, pues Rivera siempre ha sido así.  Decía Cabrerita que Rivera es así y yo digo que de no cambiar en algún momento la mentalidad de nuestro pueblo, Rivera infelizmente seguirá siendo así.

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