CONDUCTAS PRIVADAS DE PERSONAS PÚBLICAS

         No me caben prendas, o al menos no permito que me gane la pasión, cuando se trata de evaluar actitudes de compañeros del FA o la propia gestión del gobierno nacional.  Suelo decir que esa es la libertad que nos otorga a algunos, el hecho de manifestar y reivindicar que no se le debe ningún favor, a ningún político, de ningún partido.  Es verdad, no hay cómo negarlo ni tampoco lo pretendo, que en general mis críticas son dirigidas a los partidos de la oposición.  Y muy especialmente al Colorado, por la sencilla razón de que resido en uno de los dos departamentos gobernados por esa colectividad y que sufro en carne propia las acciones o inacciones del ejecutivo departamental de Rivera.  Pero no por eso, quienes me conocen habrán dejado de escucharme o leerme cuando fustigo a los míos.  Es así que pudieron escucharme cuestionar a la Senadora Topolansky, cuando sus declaraciones en oportunidad del alejamiento de la ex Ministra Graciela Muslera, o denunciar que luego de comprometerse con los vecinos del complejo Santa Isabel II, nos olvidó y jamás se dignó a devolvernos una llamada telefónica (ver: elbiombodelaabuela.blogspot.com/2012/06/otra-metida-de-pata-de-topolansky.html).  O como cuando en contra de lo expresado por gran parte del Frente Amplio, manifesté y escribí, que justificaba el traslado de la Dra. Mariana Mota (ver: elbiombodelaabuela.blogspot.com/2013/02/caso-mariana-mota-una-opinion-diferente.html).  O como cuando también dije, aunque no lo tengo documentado, que celebraba la sanción de la Ley Interpretativa de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, pero que tenía mis reservas (aclaro que no soy seguidor del Ñato Fernández Huidobro), por entender que la misma indefectiblemente sería declarada inconstitucional.

  Siendo así, creo que huelgan los argumentos como para justificar lo que desarrollaré de ahora en más.

  Debo decir que estoy realmente anonadado por la repercusión que han tomado las palabras dichas en privado por el Presidente Mujica, cuando dialogaba con el Intendente de Florida Carlos Enciso.  No creo que a esta altura de los acontecimientos, alguien pueda no haber oído del tema, pero por si quien lee esto es de aquellos que me leen desde fuera de fronteras, les comento que en un diálogo susurrado, Mujica le comentaba a Enciso, refiriéndose a negociaciones multilaterales, que para conseguir algo de Argentina, actualmente hay que recostarse a Brasil, porque esta “vieja” es peor que “el tuerto”.  Más adelante siguió diciendo que “el otro era más político; esta es terca”.  Esas expresiones no se hubieran podido oír fuera de los contertulios, de no haber sido por el micrófono que por error, un funcionario de Presidencia  había dejado abierto.  Al suceder de esta manera, se pudo escuchar al aire en la transmisión que salía en vivo para algún medio. 

http://www.noticias24.com/actualidad/noticia/9808/cristina-k-descubierta-sin-maquillaje/

  Aquí hay que hacer una precisión: un diálogo susurrado como el que hemos podido ver y escuchar en todo cuanto ha sido medio, solo ha sido posible, en mi opinión, por la acción de algún funcionario infiel, que aportó esa grabación para que la misma fuera incluso subtitulada.  De no ser así, hoy la prensa nacional estaría hablando de cualquier otra cosa, menos de esto.

  Pero lo hecho, hecho está.  Y metida de pata de por medio, cabe ahora preguntarnos qué puede pasar de aquí en más y si en realidad el Presidente ofendió a la Sra. Presidente argentina. 

  Hay quienes se molestan cuando de manera lógica, lo sucedido nos lleva a recordar años atrás, cuando el ex Presidente Jorge Batlle, también de manera inadvertida, al no saber que le habían hecho una zancadilla dejándole a propósito un micrófono abierto, dijo con voz en cuello a un periodista argentino, tal vez molesto por sus expresiones xenófobas, que “no me compare con los argentinos.  Los argentinos son una manga de ladrones del primero al último”.   Aquella situación también tuvo importantísima repercusión.

  Ahora bien, ¿son iguales las situaciones y agravian de igual manera y a igual público?  No me parece.  Para quien como en mi caso, vivió varios años en la República Argentina, me dolió sobremanera que se tildara como ladrones desde el primero hasta el último de los argentinos.   Fuimos  muchos los uruguayos que encontramos en la otra orilla, lo que aquí no teníamos.  Y fuimos (son aún muchos) los uruguayos tratados como uno más de su sociedad y nos consta que el argentino es un gran pueblo, desgraciadamente gobernado en muchas ocasiones, al igual que en estas latitudes, por personajes indignos.

  Por otro lado tenemos lo que Mujica susurró a Enciso.  Como lo he escrito muy sucintamente en mi cuenta de red social, ¿se puede negar que la señora Presidente argentina es ya una sexagenaria? ¿Se puede negar que el fallecido Nestor Kirchner tenía un ojo desviado, siendo incluso caricaturizado en programas humorísticos de su propio país? ¿Se puede negar que la señora Cristina es en verdad terca? ¿Como podríamos negarlo,

cuando en su país, permanentemente rompe puentes con quienes han sido sus aliados o de su esposo, según dicen los argentinos, sencillamente porque su personalismo no le permite actuar en equipo?

  A veces pienso que por algo los refranes son la síntesis de la verdadera sabiduría popular.  Los medios informativos extranjeros y la opinión pública que se tiene en el exterior respecto de nuestro presidente, no podrían ser mejores.  En todas partes se suele decir que se quisiera tener un mandatario como el que tenemos.   Y esto me trae a la memoria aquello de que “nadie es profeta en su tierra”. 

  Pero por supuesto, el tema está y estará por un buen tiempo en boga, porque mal que les pese a algunos, los últimos números conocidos, indican que la aprobación de la gestión del actual gobierno nacional vuelve a crecer y que la intención de voto, ya permite suponer que no habrá segunda vuelta en el 2014.  Por eso saltan.  Incluso Bordaberry, quien en ocasión de los dichos de Batlle era Ministro y de quien no recuerdo que haya opinado desfavorablemente en aquella oportunidad.  

Nestor Kirchner