martes, 20 de marzo de 2012

VIVIENDAS POLICIALES: UN BARRIO OLVIDADO.


Hace algunas semanas me ha sido denunciado por parte de personas residentes en el barrio Magisterial, más precisamente en las denominadas “viviendas policiales”, algunas situaciones que les toca en suerte vivir a los vecinos allí residentes. 
  A los efectos de interiorizarme de la situación, concurrí al lugar y me entrevisté con el Sub. Crio. Diego Ranero que es considerado como un importante referente por parte de los moradores del lugar.
  El diálogo con el Sub. Crio fue sumamente ameno y rico en su aporte, por lo que de ahora en más intentaré relatar lo que por él me fuera transmitido. 
  En el lugar existen tres cooperativas en total (COVIFUBRI, COVIFEM y COVIPORI).
  Cada una de ellas nuclea a 36 familias, lo que en total supone una población de 108 familias y que haciendo un promedio de familia tipo, nos da que allí residen aproximadamente cuatrocientas y pico de personas entre adultos, adultos mayores, adolescentes y niños.
  Haciendo una breve recorrida por el lugar lo más notorio es el gran deterioro de la red vial que existe en la zona.  El estado de la calle Leal es realmente deplorable, como así también algunas de las calles laterales, donde no existe pavimento ni cordón cuneta.
  Hasta ahí no habría nada de lo que no estemos acostumbrados los vecinos que vivimos o concurrimos asiduamente a barrios periféricos.  Lo realmente llamativo del caso es que en las inmediaciones ha habido trabajo de pavimentación con empedrado y colocación de cordón cuneta en cuadras en donde a lo sumo viven 4 o 5 familias. 
  Siendo así, cuesta entender la lógica que impulsa a las autoridades de la Dirección General de Obras de la Intendencia de Rivera a la hora de establecer prioridades.  Por un lado empedrado y cordón cuneta para 4 o 5 familias y por otro, canaletas por doquier para 108 núcleos familiares.
  Para colmo, allí no son frecuentes las visitas de equipos de vialidad para efectuar trabajos, sino que más bien se limitan a visitar la zona una vez al año y siempre y cuando se presione a través de algún medio de prensa.  Para colmo de  males en la última oportunidad el trabajo fue tan deficiente que a las pocas horas ya no existían vestigios de la labor realizada.
  Tal vez usted se pregunte (como me lo pregunté yo), si no mediará en la problemática la posibilidad de que esas familias no paguen contribución inmobiliaria.  Craso error. Según dice mi interlocutor, las tres cooperativas  fueron notificadas hace algún tiempo y conminadas a comenzar a abonar la contribución inmobiliaria.  Desde ese momento así lo hacen, a diferencia de otros diversos complejos habitacionales. 
  Además de lo hasta aquí expuesto, existe otro inconveniente que hasta el momento había sido subsanado parcialmente pero que de un tiempo a esta parte se ha complicado.  El tema tiene su origen en la propia construcción de las viviendas, puesto que en el lugar no existe saneamiento, por lo que cada casa posee pozo negro.  Como forma de economizar espacio en los pozos, las propias cooperativas han inteligentemente construido una red de evacuación de aguas emanadas de los lavatorios y alcantarillas de las duchas que son finalmente derivadas a las alcantarillas exteriores próximas.  Como forma de una periódica limpieza de los pozos negros, se había establecido un acuerdo con la Intendencia de Rivera, por el cual por cada dos servicios brindados, la comuna exoneraba el pago del siguiente.
  De un tiempo a esta parte ese acuerdo no se ha venido cumpliendo, por lo que  los vecinos deben abonar la totalidad de los servicios.
  Dato curioso para ilustrar el origen de esta situación lo constituye el hecho de que en una oportunidad, el entonces Director General de Salubridad, Higiene y Medio Ambiente, Dr. Marne Osorio les habría cuestionado a los vecinos una supuesta carencia de autorización para construir en el lugar ese tipo de solución para la eliminación de excretas argumentando que ello se encuentra prohibido.  Grande fue la sorpresa del entonces Director General, hoy Intendente Departamental, cuando le fue exhibido un documento con su propia firma avalando el sistema y el final de obras del complejo.  Cuesta entonces entender que luego de un período de buen relacionamiento y parcial satisfacción de los vecinos por el acuerdo alcanzado, ahora se ponga la marcha atrás volviendo todo a estaca cero.
   Como en todo hay que pre suponer una sana intención de buscar soluciones, pienso que sería oportuno que la Junta Departamental a través de sus comisiones de Vialidad y Obras y Salud Higiene y Medio Ambiente podría analizar el tema en profundidad y buscar conjuntamente con las autoridades de la Intendencia Departamental de Rivera las soluciones para el lugar, que  a todas luces no parecen difíciles de conseguir.  Recordemos que a escasos metros del lugar hay cordón  cuneta para 4 o 5 vecinos y que hasta hace muy poco tiempo estaba vigente una parcial solución para la limpieza de pozos negros.
  Esperemos que exista la buena voluntad de todas las partes para que estas familias puedan vivir de manera más decorosa.



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