miércoles, 17 de noviembre de 2010

DESGOBIERNO EN EL TRÁNSITO DE RIVERA

Hace dos semanas mientras se efectuaba  un informe de la comisión de tránsito mencioné en sala la palabra “desgobierno” para referirme a la situación del transporte en el departamento desde hace años, término que molestó a algunos compañeros.
Pues bien: quiero expresar que reivindico el término utilizado.  Y lo reivindico porque tengo el derecho de opinar como mejor me plazca respecto de algo que es de mi más absoluta competencia.  Para controlar, sugerir y legislar respecto de lo que en el departamento sucede, es que la ciudadanía me puso en el lugar que hoy ocupo.  
En esta junta hemos escuchado expresiones absolutamente subjetivas que dicen respecto a muchas cosas, incluso valoraciones personales acerca de las condiciones edilicias de la vivienda en la que reside el presidente Mujica.  Hemos gastado varias horas en asuntos sobre los que no tenemos competencia porque son de resorte parlamentario.
  No he cuestionado esos extremos ni esas expresiones.
  Y no las he cuestionado porque la libertad es libre y esas eran las opiniones de algunos colegas. Por consiguiente considero que yo también tengo el derecho de expresarme como lo hice.
  Pero si los argumentos expresados hasta aquí no fueron suficientes, vamos a algunos HECHOS que se dieron y se dan en materia de transporte en Rivera.
 En el período de gobierno del hoy senador Tabaré Viera, ante los insistentes reclamos de la comunidad de un barrio de la capital departamental, respecto del mal servicio brindado por una empresa de ómnibus, el entonces Director General de Tránsito y Transporte decía que los vecinos tenían razón, pero que él se sentía de manos atadas porque desde la cabeza del gobierno no le permitían hacer mucho.
  Luego de ello, ante una asamblea barrial de aproximadamente 100 vecinos, fue aún más lejos manifestando que si no se solucionaba el problema del transporte a ese barrio, era porque “un burócrata en el tercer piso se encarga de encajonar cualquier reclamo al respecto”.
  Hoy y desde hace mucho, no hay una sola línea de ómnibus urbano que tenga contrato vigente, cosa que deja a la ciudadanía en situación de absoluto desamparo, pues no hay cómo exigirle a los empresarios el cumplimiento fiel del servicio.  No lo dice este humilde segundo suplente de Edil.  Lo afirma el asesor jurídico de la dirección general de transito y transporte en un informe recibido por esta junta departamental.  Nos vemos permanentemente expuestos a los caprichos de algún empresario que cada tanto tiempo, nos amenaza con retirarse del mercado.  O a la omnipotencia de otro que cuenta con la connivencia del gobierno departamental para hacer lo que se le cante con el servicio público que debe brindar.  Y así fue como se debió salir a las apuradas a apagar el incendio que representó la renuncia a la línea 88. Y así puede volver a suceder, de producirse la renuncia a la línea mandubí, cosa que hace algunos meses se comenta en la calle.
  El génesis de esto que llamo desgobierno, obviamente no proviene de la gestión del actual director Gustavo Guedes.  Es más, el actual señor director general de transito y transporte, ha hecho un excelente trabajo en todas las funciones que ha desempeñado hasta el momento, incluso como secretario general de esta casa.  Y me consta la buena voluntad que le pone a su tarea.  No le puedo atribuir más responsabilidades de las que le caben en su corto período de gestión.
  Sin embargo, es bueno recordar que en estos 4 meses, han sido muchas las iniciativas de ediles derivadas a su dirección y que aún no han tenido respuesta satisfactoria.
  En lo personal, hace ya dos meses sugerí a modo de medida paliativa hasta tanto no se pudiera instalar semáforos en la esquina de Florencio Sanchez y Ansina, la designación de una pareja de inspectores de tránsito que con su sola presencia, pudieran inducir a los conductores a extremar cuidados en la intersección.  Desde aquella sugerencia hasta ahora, ya he sabido de 5 accidentes allí.  Los vecinos no salen de su asombro al ver como semana tras semana continúan los siniestros sin que alguien se decida a tomar alguna medida al respecto.
  Se comenta que brevemente se instalará el semáforo solicitado tantas veces por la ciudadanía y por varios ediles.  Pero ¿cuántas piernas o brazos rotos le ha costado a la ciudadanía este tiempo que llevamos de inacción? Deseo con sinceridad, porque le tengo demasiada estima al Tec. Gustavo Guedes, que no le pase a él lo que le pasó al antecesor que mencionaba anteriormente. Deseo fervientemente que él no se sienta con las manos atadas y que en el tercer piso del edificio comunal no haya ningún otro burócrata que mantenga encajonados los reclamos de los vecinos.  Y por sobre todas las cosas, deseo que a la brevedad, los hechos hagan que deje de pensar que tenemos un desgobierno en materia de tránsito. Lo digo como legislador, pero también como víctima de accidente de tránsito que fui hace dos años y poco y que por consiguiente sufrí en carne y huesos propios, las consecuencias de un siniestro no provocado por mí.
Pido que mis palabras pasen a los medios de prensa del departamento.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario