sábado, 31 de agosto de 2013

¿LIBERTAD DE OPINIÓN O LIBERTAD DE AGRESIÓN? ¿LIBERTAD DE QUIÉN?



             El hecho que a todos nos ha conmocionado en las últimas semanas en la ciudad de Rivera finalmente ha sido dilucidado.  Para beneplácito de los equipos policial y judicial, el mismo, a pesar de los oscuros presagios que se cernían sobre él, tuvo un final como el que la ciudadanía ansiaba: el esclarecimiento del horrendo crimen, con el procesamiento y ciertamente posterior larga condena a los involucrados en el mismo.  Y esto hay que remarcarlo una y otra vez.  Porque no sería justo, que luego del eficiente trabajo desplegado por ambos equipos, nos limitáramos a decir que actuaron bien, o como decía una querida tía ya fallecida, “no hicieron más que cumplir con su deber”.  Porque cuando se tiene a ambas instituciones, durante tanto tiempo, sometidas a una avalancha de críticas por parte  del común denominador de los ciudadanos, es necesario resaltar cuando cosas como la que acabamos de vivir suceden. Cuando apenas pocos días después del hecho eran cada vez más las opiniones que dudaban del esclarecimiento del mismo.  Porque hemos entrado en una espiral de desacreditación y menosprecio de las instituciones, que llega al colmo de hacernos dudar de todo y todos aquellos que tengan algún grado de responsabilidad en la función que le toque cumplir.  Y justamente, si del instituto policial y del sistema judicial hablamos, peor. No es en vano; tiene una razón.  O muchas razones, pero una de ellas, a mi entender, es factor fundamental para que ello ocurra.  Y sí, una vez más me refiero a la acción de algunos comunicadores, que además de su tarea de transmitir información, suelen formar opinión en la población, principalmente en aquella que está más proclive a digerir la misma, sin antes tomarse su debido tiempo para masticarla.  Es verdad que en este caso en particular, se puede decir que primó la cordura; con algunas excepciones, pero en términos generales el papel de los medios ha sido bastante objetivo y cauto.  Pero el daño ha venido siendo hecho desde mucho tiempo atrás.  Y no será un caso como el que hoy nos convoca, por importante y doloroso que sea, que borrará la imagen generada a lo largo de muchos años, de permanente hostigamiento al instituto policial por parte de algún sector de la prensa.  Amparados en el derecho a informar y a opinar, se cometen verdaderas atrocidades que terminan por trasladarse a la ciudadanía común, que también, haciendo uso de esos derechos, más que uso lo transforma en abuso. Ya me manifesté algunas semanas atrás, opinando sobre la actitud de algunas personas que manifestaban frente a la sede judicial el día que comenzaron a desfilar por la misma, los primeros testigos o indagados en el caso del triple homicidio.  Aunque haya quien pretenda desacreditar mis dichos, me quedo con lo que escuché en grabaciones y videos de la manifestación y el posterior testimonio que me hicieran varias personas que en un principio allí habían concurrido, pero que luego se retiraron por sentirse avergonzadas por lo que estaban viendo. 
   Hoy, pasadas las primeras horas desde que fuera dictado el auto de procesamiento de los autores materiales y de la autora intelectual del crimen, podemos hacer un análisis algo más reflexivo y exento de las lógicas pasiones que a todos nos sacudieron.  Y debemos preguntarnos lo del título.  ¿Es válido, que haciendo uso de nuestra libertad de opinar y manifestar, también lleguemos a la agresión?  ¿Es válido que luego de obtenidos los resultados que deseábamos y por los que tanta gente se manifestó airadamente, hagamos uso de la libertad que tenemos para sacrificar también a los familiares de la profesora procesada?  ¿Dónde quedan la libertad y los derechos del esposo y sobre todo de los niños de la misma? ¿No estaremos actuando con extrema crueldad hacia ellos, al exponer en las redes sociales una y otra vez la foto de la profesora, con un subtítulo debajo?
   El francés Emile Durkheim, gran estudioso de la sociedad, decía que el ejercicio de la libertad no debe servir de excusa para hacer lo que se nos antoje.  Si traemos esa opinión a lo sucedido aquí, sin dudas, muchos de nosotros le cederemos la derecha a su autor.  En mi caso, siento dolor por la situación que deben estar viviendo los familiares de la docente procesada.  Obviamente más por los niños, pero también por el esposo, a quien tantas personas dicen admirar y que desde un primer momento se esmeraron en eximir de culpa.  ¿Cómo podrá estar pasando este señor, al ver a sus niños soportar tanta exposición de la imagen de su mamá por parte de personas que en definitiva, nada aportan de positivo al asunto? ¿No estaremos también con esta actitud, obligando groseramente a estas personas a cargar una cruz que a todas luces no merecen?

6 comentarios:

  1. muy bien Juan, muy acertadas tus palabras, yo le agregaría que los odios no tienen matices, por lo tanto, el desprecio que lleva a alguien a publicar una fotografía, que la ven los ojos de niños inocentes, que ven a su madre, no a ese monstruo, no los hace distinto del monstruo.

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  2. Plenamente de acuerdo, no estoy ahí no escuché ningún comentario, pero, por lo que expresas, sí me indigna que involucren al esposo o a los hijos en actos que fueron personales. Y tampoco me gusta eso de la publicación de la foto de la autora con etiquetas condenatorias. De eso ya se encargó quien debidamente está autorizado para ello. Exponer es agresión familiar. Te quiero, y en un aparte te digo: Nos qumábamos las pestañas estudiando y nos decían la famosa frase: No hiciste más que cumplir con tu deber!! Pero después se reunían y nos hacían un festejo con tortas y guaraná de Furge. Y nosotros aprendimos que Primero se Cumple con el Deber. Besos

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  3. JUAN, eso mismo escuche y comente con algunos amigos.Ella lo hizo con sus cómplices , pero sus hijos ,esposo, y familiares no tienen que ser culpables de nada.

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  4. PARCIALMENTE DE ACUERDO, PUES OLVIDAN EL DOLOR., LA INDIGNACION, EL REPUDIO DE LAS PERSONAS CONOCIENDO O SIN CONOCER A LAS VICTIMAS, SE APODERO DE ELLAS. ESOS SENTIMIENTOS NO TIENEN CLASE SOCIAL, NI NIVEL INTELECTUAL- A ELLAS NUESTRO RESPETO TAMBIEN-

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  5. Totalmente de acuerdo contigo Juan!!! Realmente es así el esposo es una excelente persona, es mi profesor y desde el principio de todo esto le dimos nuestro apoyo y tanto el como los niños se merecen respeto!!!

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  6. Totalmente de acuerdo, ya lo he expresado pública y privadamente. Y me propuse eliminar a cuanta persona pusiera la foto en facebook, ya eliminé a dos personas. Entiendo el sufrimiento de quienes querían y quieren a los asesinados, entiendo la indignación, el dolor, el repudio. Pero hay algo que se llama respeto y hay algo que se llama justicia. Nosotros debemos respetar a ese hombre enormemente dolido y a esos hijos y a esa madre. La justicia ya hizo, felizmente, lo que debía hacer. Y también debemos tener compasión por una persona que hizo algo tan terrible.......

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